LOS TRES ÓRGANOS PSÍQUICOS (3)


Según Berne, cada tipo de estado del yo es la manifestación vivencial y conductual de un órgano psíquico diferente (Berne, 1961), de manera que, por tanto, supuso que existían tres órganos psíquicos a los que llamó: exteropsique, neopsique y arqueopsique. Supuso también que eran los "organizadores" de los tres tipos principales de estados del yo, es decir, respectivamente del Padre, del Adulto y del Niño (aunque pienso que cuando Berne promovía estas hipótesis, se refería concretamente al modelo histórico). Pero este es un tema en el que aun no hay mucho acuerdo en Análisis Transaccional, estando además todavía pendiente de aclarar la verdadera naturaleza de estos hipotéticos órganos psíquicos postulados por Berne, lo cual, por lo demás, no afecta a la utilidad del modelo P-A-N de la personalidad, análogamente a que -metafóricamente, desde luego- el que no sepamos cómo un ordenador es capaz de hacer lo que hace, no nos impide poder utilizarlo.

De hecho, aunque el témino de órganos psíquicos puede hacer pensar en la existencia de estructuras anatomo-neurológicas especializadas, en realidad no es necesaria dicha localización morfológica y podemos imaginarlos como "neoformaciones" funcionales neuropsíquicas con variedad de interacciones cerebrales, las cuales, tal cómo Alexis Leontiev (1964) describe en su Teoría de las funciones psíquicas, van apareciendo en el curso del desarrollo humano y de la historia social. Por otra parte, en el empeño de buscar una fundamentación para los órganos psíquicos y teniendo en cuenta los últimos descubrimientos sobre el funcionamiento en el sistema límbico (sistema que rige en el cerebro emocional) del par hipocampo-amígdala (LeDoux, 1996), es muy probable que este sistema neurológico tenga una papel destacado en la arqueopsique postulada por Berne, mientras que el cerebro racional o cerebro neocortical (es decir, aquel que está regido por el neocórtex) probablemente tenga un papel destacado en la neopsique.

En cambio, las posibles estructuras neurológicas que puedan destacar en la exteropsique son dificiles de conjeturar, pues tanto puede haber sistemas neurológicos muy primitivos (probablemente destacando en ellos el tronco encefálico) análogos a los que intervienen en los procesos de mimetismo de muchos animales, como además sistemas más evolucionados que intervendrían en los procesos de imitación e interiorización de lo externo específicamente humanos. El tema se complica -o lo complico- si además tenemos en cuenta una manifestación que me inclino a situarla como "exteropsíquica" y que se trata del denominado "guía interno" (Maslow, 1968), el cual se "vive" como si fuese una autoridad procedente de "fuera" de nosotros, pero que en realidad procede de nuestro propio interior (en la forma, por ejemplo, de "intuiciones", "inspiraciones", "iluminaciones", etc.). Por tanto, el tema de los órganos psíquicos sigue aun abierto.

Pero sea como sea todo, los órganos psíquicos vienen a ser como "el andamiaje" sobre el que se soporta la personalidad (Masó, 1984). Por una parte, en cierta manera, los órganos psíquicos podemos entenderlos como "sistemas estructurales" especializados en "memorizar" y "reproducir" contenidos psíquicos consecuencia de los diferentes tipos de experiencias que vivimos. Aunque estos contenidos son "guardados" en la psique, después pueden ser "reproducidos" como estados del yo históricos. Por otra parte, además también podemos entenderlos como "sistemas funcionales" especializados en organizar los diferentes estados del yo funcionales, tanto vivencial como conductualmente, a efectos de poder vivir y desarrollarnos.

Cada órgano psíquico tiene su forma de "sentir" o "sensitiva", de "pensar" o "cognitiva" y de "actuar"o "volitiva", aplicadas a su tarea psicológica específica, que, simplificando, para la exteropsique es "imitar" (en un sentido que implica un "adueñarse", un "hacerse dueño" de algo que siente, piensa o actúa alguien a quien se concede "autoridad", lo cual se interioriza y reproduce como si fuese propio), para la neopsique es "razonar" y para la arquepsique es "reaccionar". Por tanto, cada órgano contribuye en la psique con una tarea diferente, pero los tres están interrelacionados e interactúan participando juntos en la dinámica y manifestación funcional de cada estado del yo. Es decir, que en cada estado del yo del modelo básico y del modelo funcional contribuyen integrada e integradoramente los tres órganos psíquicos. Otra circunstancia es que probablemente en el modelo histórico -y sólo en él- el Padre está "dominado" ("organizado", decía Berne) excluyentemente por la exteropsique y el Niño por la arqueopsique, mientras que en el Adulto contribuyen integrada e integradoramente la totalidad de los tres órganos psíquicos.

Uno de los problemas con este tema de los órganos psíquicos es que Berne, aunque por una parte quería diferenciarlos de los estados del yo, por otra parte usaba los nombres de Padre, Adulto y Niño tanto para referirse a los unos como a los otros (Holloway, 1977), lo cual después se ha convertido en algo usual y aunque en sí no causa una gran problema a nivel práctico, a veces ha de tenerse en cuenta que se trata de conceptos diferentes, especialmente para el llamado análisis estructural.

Otra confusión usual, probablemente resultado de "mezclar" el concepto de órganos psíquicos con el de estados del yo, es la que se manifiesta en la sobresimplificación en la que se considera que reaccionar es lo propio del Niño, razonar es lo propio del Adulto y juzgar en base a juicios de valor "imitados" es lo propio del Padre, sobresimplificación que es un error, pero que se salva si leemos arqueopsique en vez de Niño, neopsique en vez de Adulto y exteropsique en vez de Padre. Pero aun con más frecuencia se sobresimplifica equiparando al Niño con sentir, al Adulto con pensar y al Padre con juzgar, lo que aun es más erróneo, pues cada órgano psíquico tiene su propia forma de "sentir", "pensar" y "actuar" (de hecho, en el caso del Padre "juzgar" puede considerarse como una forma de "pensar" exteropsíquica).

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