EL VÍNCULO PSÍQUICO CON LA HUMANIDAD (8)


¿Cómo podemos dar cuidados a alguien que nos es personalmente ajeno?, es decir, alguien a quien no conocemos de nada, ni nada sabemos sobre su vida y sus circunstancias, alguien con quien no tenemos ningún tipo de vínculo afectivo, alguien, en definitiva, que nos es un perfecto desconocido. Además, puede que este alguien sea de una raza diferente a la nuestra, nacido además en un país a miles de kilómetros del nuestro y con una cultura que nos es muy difícil comprender. Sin embargo, imaginemos que, por las circunstancias de la vida, resulta que esta persona tiene un problema que requiere cuidados y que nosotros estamos dispuestos a dárselos, acompañándolo mientras resuelve su situación. ¿Puede interpretarse que sentimos por él un amor universal, un amor que incluye a todos los seres humanos, no importa quienes sean? De hecho, desde un punto de vista, puede afirmarse que así es, pero ¿de dónde surge este amor tan incluyente?, ¿es sólo un sentimiento amoroso que sentimos con nuestro corazón? o ¿existen también en nuestra psique unas estructuras y contenidos cognitivos que nos facilitan diversificar la energía amorosa de esta manera tan amplia y solidaria?

Mi hipótesis es que, conforme crecemos en lo psicológico y también en lo espiritual, en nuestra psique, si todo va bien, se va desarrollando también un vínculo con la humanidad en el que vamos incluyendo a todo ser humano, como "sujeto" de nuestro sentimiento amoroso. Desde luego, se trata de un vínculo abstracto y, además, de un vínculo que es unilateral, es decir, de nosotros hacia la humanidad, en el que vamos creciendo generalizándolo a un mayor número de personas, en su inmensa mayoría desconocidos, pero que, simplemente por el hecho de ser seres humanos, vamos valorando como significativos, insustituibles y accesibles, esto último en el sentido de que siempre podemos tener alguien al alcance. De esta manera, si una persona que nos es totalmente extraña, necesita cuidados , mediante el vínculo con la humanidad, siempre y cuando abarque a dicha persona -pues también en esto hay variedad de amplitudes-, deja ya de ser extraña para nosotros y podemos darle los cuidados que necesita, pues "nos sentimos vinculados", aunque en principio se trate de un vínculo abstracto. Después, podemos también llegar a formar un vínculo concreto, una vez vayamos conociendo a la persona e interiorizándola en nuestra psique como la persona real que es.

Este enfoque sobre la formación en nuestra psique del vínculo con la humanidad es coherente con el modelo de crecimiento humano aportado por Wilber, quien sigue e integra el modelo de desarrollo cognitivo de Piaget , el modelo de desarrollo moral de Kohlberg y el modelo de desarrollo del yo de Loevinger. Wilber, dice que el ser humano, partiendo de la postura inicial egocéntrica (en la que el yo es el "centro" del mundo), pasa después a la postura que denomina sociocéntrica y aún después a la mundicéntrica. Y al respecto ha escrito : "Con ello quiero decir que la actitud sociocéntrica o convencional tiende a ser muy etnocéntrica. La consideración y el respeto se han expandido desde mí hasta el grupo… y eso es todo". Y más adelante sigue : "Es por ello que califico a esta postura convencional o sociocéntrica con el término de mítico-pertenencia. La visión del mundo todavía es mitológica y la atención y el respeto se expanden hasta incluir a quienes participan de la misma mitología, la misma ideología, la misma raza, el mismo credo, la misma cultura… pero no más allá. Si usted comparte mi mito será mi hermano o mi hermana, pero en caso contrario puede irse perfectamente al infierno". Y más adelante aún sigue : "En otras palabras, he experimentado un descentramiento desde mi ego hasta mi grupo pero todavía no puedo descentrarme de mi grupo que sigue siendo entonces el único grupo del universo. Todavía no puedo pasar de una actitud sociocéntrica y etnocéntrica a una actitud auténticamente mundicéntrica o universal (y de amor universal -añado yo-), una actitud descentrada, universal y pluralista. ¡Aunque es cierto que hacia ella me dirijo lentamente! Es como si me hallara en camino a lo global y cada una de las distintas etapas de este camino supusiese un profundo descentramiento, una reducción del narcisismo, una trascendencia de lo superficial y un despliegue de lo profundo (palabras diferentes, todas ellas, para expresar la misma cosa, el mismo telos de la evolución)".

El proceso de formación en la psique del vínculo con la humanidad puede verse, por tanto, desde dos perspectivas que se completan entre sí. Por una parte, desde un punto de vista, la evolución mental colectiva y el desarrollo cognitivo individual van facilitando paulatinamente la aparición en la persona de amplitudes de conciencia cada vez más incluyentes y que avanzan hacia la conciencia universal. Por otra parte, desde otro punto de vista, en la psique individual, además de los otros procesos de formación de vínculos afectivos con figuras concretas, se van interiorizando imágenes del ser humano, por lo general abstractas, pero con la valoración como siendo significativo, insustituible y accesible por el sólo hecho de existir como ser humano. Conforme evolucionamos, estas imágenes van entonces siendo generalizadas en mayor o menor medida, formándose en la psique una figura conceptual a la que denominamos la humanidad. De esta manera, mediante este proceso se va formando y desarrollando en la psique el vínculo con la humanidad, el cual, en función del desarrollo individual alcanzado, tiene para cada persona determinado grado de amplitud en la inclusión de seres humanos, pero que, si todo va bien, poco a poco va aumentando progresivamente hacia una conciencia universal.

Las imágenes del ser humano que van interiorizándose y formando el vínculo con la humanidad, proceden fundamentalmente de dos fuentes. Una es a través de personas concretas que vamos conociendo y en las que uno puede apreciar directamente su condición de seres humanos (y en este sentido conforme más personas puedan conocerse mejor y de ahí la importancia de viajar, de hospedar extranjeros, de participar en encuentros internacionales, de intercambiar correo electrónico y demás actividades por el estilo). Sin embargo, como por muchos seres humanos reales que conozcamos, sólo llegaremos a conocer unos pocos, ahí es donde los medios de comunicación (prensa, radio, televisión y, por descontado, Internet, probablemente el cambio tecnológico más facilitador de conciencia universal) están jugando un papel importantísimo, pues nos permiten "conocer" a multitud de personas desconocidas de todas las razas, culturas y condiciones sociales, viviendo en la distancia sus venturas y desventuras, pasando entonces estas personas a ser incluidas en la generalización psíquica por la que pasamos del ser humano individual a la humanidad como conjunto. Desde este punto de vista, los medios de comunicación no sólo cumplen una tarea informativa -a la que considero como su vertiente exotérica-, sino que también facilitan una tarea vinculadora -a la que considero como su vertiente esotérica-, contribuyendo, por lo general de manera subliminal, a la evolución hacia un estado de conciencia universal que vaya incluyendo a toda la humanidad. También, desde luego -ya que hasta ahora no me he referido a ello-, en este estado de conciencia se van incluyendo a todos los demás seres con los que compartimos la Tierra.


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